La "ironía de los hechos"
- Andrés Téllez-Núñez
- 6 days ago
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La muerte de un ser querido o de alguien que he conocido siempre ha tenido un efecto constante en mí, el cual consiste en que (perversamente) reduce al mínimo el sentido de la vida terrena.
Yo he venido pensando mucho en ese efecto, y creo que ya encontré un argumento para reducir su fuerza.
La vida terrena sí tiene un sentido y un fin, así, a veces, parezca que no, sobre todo cuando se enfrenta la muerte.
Basta pensar en la vida de Jesús, de San José y de la Virgen María. Lo que ellos hicieron aquí en su vida terrena.
Así, todo el sentido de esta vida se resumiría afirmando que ella es una preparación o un entrenamiento para la vida eterna. Y el sentido de la vida terrena no se pierde porque uno sea olvidado o porque parezca que lo que uno hizo y uno trabajó no valieron la pena.
Todo lo contrario.
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El habernos dejado impresionar por las luces y el habernos dejado seducir por los cantos de sirena a los 15, a los 20, a los 30 y a los 40. Ojalá a los 50, no. Qué cosa. El ensayo y error constantes. Nunca deja uno de aprender. Y tampoco de darse cuenta de tantos errores y equivocaciones del pasado. Tanto pecado. Tanta grasa espiritual.
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Lo que creíamos que es, no es.
Lo que creíamos que no es, es.
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