Filosofía de la educación

¿Qué hace a fin de cuentas el señor llamado “profesor”?

Corregirse y corregir los errores que él mismo cometió en el pasado. Él, si es un buen ser humano, ya los ha apreciado, y ya ha leído varias veces el mismo material que ahora sus alumnos leen por primera vez. El profesor ya conoce sus propias fallas, que, de pronto, algunos de sus alumnos vuelven a cometer, y que él ve claras porque ya han pasado varios años desde que él cometió errores epistemológicos o morales idénticos o similares por primera vez. Si se quiere, el señor que se llama “profesor” ya ha madurado.

Ahora: ¿por qué el profesor escribe y debe escribir?

Bueno…

Yo, como estudioso y amante de la filosofía y de filosofía de la psicología, me pregunto frecuentemente, aparte de por qué existimos o cómo es que vivimos (más bien, sobrevivimos), por qué los seres humanos hablamos y hablamos y hablamos.

Yo creo que escribir es una especie de ejercicio mental tanto individual como colectivo que mantiene en forma el proceso bien difícil de entender y de comprender la realidad. Es, analógicamente, lo que el ejercicio diario físico significa y representa para el cuerpo, pero que, en el caso de la escritura académica, se da primordialmente en el contexto de la escuela y del aprendizaje de un lenguaje preciso, complejo y especializado.